sábado, 9 de agosto de 2008

Sobre LOS SENSUALES, melodrama de Alejandro Tantanian


El viernes fui a ver LOS SENSUALES, melodrama de Alejandro Tantanian

Las (antiguas) Crueles
En 1995 Alejandro Tantanián escribió Juego de Damas Crueles, una obra en la que tres hermanas, Ulrica, Leopolda y Juliana, entablan una partida de un extraño juego de casilleros y memorias en el que un mismo hermano, Enrique, es tres muñecos y uno más, que sobra. Casi al principio, en boca de una de las damas, se lee: “Una herida es el comienzo. Una herida esculpida en barro negro, brillante. Una herida púrpura y compleja, abierta”.

Trece años después, frente a Los sensuales, escucho en la voz de Stella Galazzi –Odette– otro texto que es el mismo texto: “Lo vi. Yo Odette Malheur, lo vi. Mi hombre muerto a golpes de martillo en la cabeza”. Etc. El comienzo es una herida. Una sentencia. El enunciado declarativo del universo Tantanian. Como era en un principio, en la plenitud de los mitos, también.

Alejandro Tantanian Ilustrado
De chico, teníamos en casa un libro muy gordo y muy pesado (al menos en relación con mi propio peso), de tapas rojas chillonas, que encerraba una paradoja; se llamaba “Pequeño Larousse Ilustrado”. Toda mi infancia (sin exagerar), me pregunté por qué alguien llamaría “pequeño” a un objeto tan grande. El Pequeño Larousse Ilustrado era una especie de ídolo para mí, era el compendio de todo, puesto que todo el saber estaba contenido allí. Tenía dos índices alfabéticos consecutivos; al buscar la letra de referencia en el lateral, uno encontraba dos hileras: la primera correspondía al mundo de las cosas –sustantivos comunes–; la segunda, a los nombres propios –personajes históricos o mitológicos.

Creo que esa es una “sensación Tantanian”, la sensación de lo pequeño –la simple vida de un hombre– y lo magno, lo alejandrino: Todos los mitos. Todos los parricidios. Todos los incestos. Todos los huérfanos. Todos los hermanos. De todos los tiempos. Son siempre convocados. A su obra.

Síntesis argumental
El complejo argumento de las dos horas de LOS SENSUALES podría resumirse así: Tras el asesinato de Teodoro Tigrov, su cuñada Odette –y amante al momento de su muerte–, insta a sus hermanos Lise y Alberto a la venganza. En la búsqueda del culpable se verán implicados los dos linajes Tigrov, hermanos desconocidos entre sí: los hijos de Odille y los hijos de Margaret. En un aluvión de pasiones repentinas, cruces amorosos, deseos arcaicos y desencuentros, la sombra de los crímenes fundantes conduce a los personajes a la tragedia.

El íntimo mundo de imágenes en el que vive un autor
El universo creativo de un autor, tras siglos de literatura precedente, suele estar formado por las imágenes y las palabras de otros. “Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos”, escribía JLB en El inmortal. No obstante, creo que el cuento habla de la vejez y esta obra de la plenitud de las fuerzas. Si el desplazamiento y la mutilación, el resto borroso, es el destino final, un autor que alcanza las formas de expresión más maduras, como es este caso, ubica sí las palabras y las imágenes de otros, pero de determinado modo. Lo que era caótico en un principio –y quizás sea borroso, en un final– es nítido en el efímero presente. En el joven Juego de Damas Crueles había mucho en forma de magma: Narciso, el padre, y Brecht y el silencio de los crímenes, y Paul Celan y lo ya dicho se agolpan en un mismo encabezado, antes de comenzar. Y luego se desgranan Abraham e Isaac, el Juego de la Oca, los cuatro Enriques que harían, en su duplicación, el Octavo, asesino de esposas; el cadáver bajo las tablas del piso, el corazón delator y el hijo parricida que, como una imagen anacrónica e imposible, lleva al hombro a su padre a través de un bosque que bien puede ser el de la isla de Lost. Las tres hermanas lo esperan. Las hermanas fatales. Las brujas de Macbeth.

En el primer Tantanian, todo está allí, pero el juego es múltiple. En LOS SENSUALES, el melodrama le da rigor.

Melodrama
LOS SENSUALES es un juego, también, pero no está dicho. Es el juego, casi infantil o, quizás, casi de un sueño de una noche de verano, en el cual los que se miran se enamoran. Hay un piano. Hay coreografías. Y hay canciones. Hablábamos a la salida con el mismísimo Alejandro sobre la presencia de los sentimientos. El hacía responsable al paso del tiempo, como diciendo: es sólo la edad la que trae, con los años, cierto reconocimiento de lo sentimental. Es posible. En algunos (varios, muchos) creadores, la sensibilidad y la emoción se les va filtrando en las creaciones (pienso en LA PESCA, y no sólo porque Bartis estaba en la función de anoche). En esta obra hay, además, una declarada exhibición. Es melodrama explícito. Los cuerpos lo avalan. No sé si las canciones son el mejor vehículo –estas canciones, con estos intérpretes–, y no sé si los momentos trágicos llegan a encarnarse en el discurso de quienes los enuncian. Pero el encanto de los cuerpos, las voces y las imágenes compensan, y el asesinato coreografiado en la escena inicial inunda de belleza al (extenso) resto de la composición.

Habitación Tantanian
De todos los relatos y el gran relato, de la gran novela rusa puesta en escena, hablamos algo en la entrada de este blog sobre HIJOS DEL SOL, de Gorki con puesta de Szuchmaher.

Aquí, en las dos horas de un Alejandro magno están Los Hermanos Karamazov recorridos, comentados, expuestos. El gran obstáculo de las magnitudes se salva, en este caso, no por la multiplicación, la abundancia y el torrente desenfrenado de palabras y de intérpretes, sino por un cierto sentido de la introspección: el centro aquí no está en el otro o en los otros, sino en lo único, lo mismo, que me habita.

LOS SENSUALES es una invitación de un autor que ha madurado. Es la puerta de una habitación con una voz muy personal: estas son mis imágenes, estos mis recuerdos; estas son las formas y los sonidos que ahora tienen, y también son lo que he sentido, lo que espero sentir, y lo que no. Lo que no. Aquello que también me habita.

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