viernes, 22 de abril de 2011

Sobre POSTPARTO (temp 2011) y Vicente Apolo a punto de nacer

El jueves 21 de abril se reestrenó POSTPARTO, de Ignacio Apolo, Laura Gutman y Florencia La Rosa, en el Teatro Petit Tabarís, Corrientes 831 (4394-5455), funciones jueves a domingo 20 hs

La diosa blanca

La antigua diosa blanca es la deidad de los matriarcados, la gran diosa que los mitos masculinos silencian pero, como aquel dios del poema, en las grietas acecha. La gran diosa blanca es la Luna. Y este blog, que cumple tres años, es mi homenaje a aquel bebé que nació con él, y a mi eterno amor. Es un blog de teatro, dedicado a comentar, amplificando los vínculos y las asociaciones, aquellas obra que veo. Se trata de aludir con palabras al efecto que la luz del arte de otros ocasiona en mí.

Es la luz de la luna, la suave luz de la noche, en la cual los mamíferos –nuestra especie- prefiere dar a luz.

PostParto / la reseña anterior

La reseña de esta obra puede leerse aquí. Habla del vínculo entre un varón, dramaturgo y director de una obra sobre la intransferible experiencia del puerperio. Cómo y quizá por qué esta obra llegó a mí. Esta nueva reseña, la de hoy, habla de un reestreno, de una vuelta de página. Mi mujer, Carolina Álvarez, cuya adorable foto puérpera encabeza aquella reseña, está en fecha de parto…

Síntesis Argumental

A mediados de 2010 la posibilidad de estrenar PostParto se trababa una vez más, casi definitivamente. Por aquellos días, yo escribí un recuerdo de una película. Era la primera, mítica, Jurassic Park de Spielberg. Los dinosaurios habían sido manipulados genéticamente para que no pudieran procrear pero hacia el final de las peripecias, los científicos descubren huevos que habían eclosionado. ¿Cómo era posible? Jeff Goldblum, el matemático afín a la teoría del caos, sentencia: “la vida se abre paso”.

PostParto se estrenó en el Teatro Del Nudo el 5 de septiembre de 2010. Pocos días después, en una pantallita de ecógrafo vimos y escuchamos, Carolina y yo, por primera vez, los acelerados, portentosos latidos del corazón de Vicente Apolo Álvarez, quien ahora, mientras escribo se mueve en el útero y pide nacer.

Esta niña

El bebé que cabía en la palma de mi mano tres años atrás ahora habla, canta, baila, y dice que su papá le va a comprar un teatro (¿!). Es una niña que multiplica a su madre (ella también dice tener hace meses un bebé en la panza, se llama Martín, y también va a nacer). La transformación de un bebé en una niña ha trascurrido completa, mientras yo hacía teatro y escribía estas reseñas. La diosa blanca es una niña.

La mujer futura

Y será una mujer. La enorme transformación de esta Luna en la mujer futura marca el paso del tiempo. Luna signó la escritura, producción y dirección de PostParto, que ahora queda definitivamente en manos de sus protagonistas. La obra ya es de las tres mujeres que la ejecutan cada noche. Yo regreso al hogar.

La mujer actual

En el hogar está “anidando” la gran mujer de este ciclo. Ayer, jueves santo, le dio por remover todos los cajones y bauleras para hacerle lugar al que está por nacer. Luego quedó patas/panza arriba, por el resto de la jornada. Y ahora se fue a un spa toda la mañana. La fantasía es: el próximo martes 26, día del estreno de prensa, se iniciará el trabajo de parto. Y entonces, Andreíta Hanna saldrá a saludar al escenario por mí y dirá:

“El co-autor y director de la obra pide disculpas por no poder venir a saludar, pero está en este momento en el parto de su propio hijo, Vicente, para quien va también este aplauso…”

¡¡¡Clapclapclap!!!

El varón

Luna Apolo Álvarez nació en los tiempos del humo de los campos quemados que cubría Buenos Aires, ¿recuerdan? Vicente Apolo Álvarez nacerá en tiempos de la reposición PostParto. Es un tiempo más maduro, más reflexivo, habitado por preguntas concretas. Soy varón, él también. Mi amiga Elsa Drucaroff siempre me pregunta cómo lo vivo, qué significa. No lo sé aún, amiga, pero la respuesta está a pocos días nomás.

La mujer de siempre

Carolina Álvarez es la mujer de siempre. En plena conciencia y con todo mi apoyo, ha decidido tener un parto natural. Por ese acontecimiento que aguarda, tranquilo en la noche, refugiado de los predadores y con los ritmos de la luna y de la tierra, nuestros ancestros veneraron a la gran Diosa Blanca. Que Ella nos bendiga en este inminente, gran, íntimo acontecimiento.

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